Pensé que estando tranquila en mi casa sería mucho más fácil escribir la que será mi última carta editorial para TÚ. De hecho, apenas puedo creer que en este mismo instante esté escribiendo lo que acabo de teclear, pero así es.
Trabajar en la TÚ definitivamente ha sido una de las mejores experiencias de mi vida. Enumerar todos los increíbles momentos que he pasado, todas las personas tan queridas que he conocido, las aventuras, las risas, presiones, regaños y un sinfín de vivencias que es imposible describir en tan pocos renglones, pero que sin duda me han hecho ser la persona que ahora soy, sería prácticamente imposible.
Sinceramente formar parte de este equipo, que, como todo, también fue cambiando, provocó que la familia TÚ fuera creciendo con el paso de los años, es algo indescriptible. Y debo de confesarte que también tú, que te has sentido identificada con todo este mundo que creamos edición tras edición, has contribuido a que todo este trabajo, si así lo podemos llamar, haya valido la pena.
Sin embargo, la vida da muchas vueltas, y precisamente en uno de estos giros una nueva puerta se ha abierto, por lo que todo este gran camino que he recorrido junto a ti, ha llegado a su fin. No puedo agradecerte con nada, todo lo que tú, que nos lees, me has enseñado, tus dudas, sugerencias, palabras de cariño, quejas y divertidos comentarios, han hecho que la TÚ sea lo que es. Una revista hecha exclusivamente pensando en lo que te preocupa, apasiona e inquieta.
Así que a partir de ahora, también empieza un nuevo ciclo para TÚ revista. Mientras tanto, estoy segura de que en algún momento volveremos a encontrarnos, porque yo nunca dejaré de ser parte de TÚ, y sé que tú tampoco.
